Era más que una final, era más que un partido de fútbol, era más que un choque entre dos de los mejores equipos del mundo, era más que un duelo de las mejores individualidades deportivas a nivel futbolístico… era una revancha, una nueva oportunidad, la primera final en la historia de la UEFA Champions League en la que se veían las caras dos equipos provenientes de Inglaterra, y sin lugar a dudas, cubrieron cualquier expectativa, por lo menos, en el aspecto emocional del encuentro, capaz no así en los futbolístico.