Un equipo Local repleto de suplentes y jugadores surgidos de las inferiores del mismo club hizo que la falta de experiencia de los mismos resultase el verdadero problema a la hora de salir a buscar el partido. Desde el primer minuto de juego los jugadores que defienden los colores de Boca Juniors sabían que tenían que salir a ganar el partido y hacer aunque sea 2 goles, para de esta manera llevar el partido a una posible definición desde el punto de penal.
En el primer tiempo el Inter de Porto Allegre supo manejar mejor la pelota y generar constantemente peligro para el arco defendido por el juvenil Javier García aunque sin lograr a generar situaciones claras de gol para abrir el marcador. Alguna replica de Boca Juniors como un cabezazo de Luciano Figueroa que se iría por arriba del travesaño y algunos desbordes de Neri Cardozo de cierta peligrosidad fue lo único que hizo el equipo dirigido por Carlos Ischia para poder abrir el marcador.
Ya en la segunda etapa llegarían los cambios porque el muy mal rendimiento de Leandro Gracián en el primer tiempo (impreciso en casi todos los pases) y el poco criterio de Gaitán para enviar los centros al área rival fueron decisivos para que el técnico envié a algunos titulares al campo de juego, entre ellos, Riquelme y Dátalo para reemplazar las funciones que hacían los otros dos jugadores antes mencionados. Sin embargo el único cambio que haría el técnico durante el entretiempo sería el ingreso de Lucas Viatri por Neri Cardozo, y luego, pasados 8´ de jugarse el segundo tiempo y ya con un gol en contra en el marcador ingresarían Juan Román Riquelme y Dátolo.