En la primer semifinal de la Copa de las Confederaciones, Estados Unidos se impuso muy merecidamente frente a España y lo dejó fuera de la competencia. Al mismo tiempo, le cortó un record de 35 partidos sin derrotas.
El equipo Norte Americano fue compacto y elaboró su juego basándose en una defensa muy férrea que le permitió en muy pocas oportunidades generar situaciones de gol a España. Al mismo tiempo, pudo aprovechar las pocas chances de gol que tuvo y por eso ganó un partido en cual desde la previa no tenía ni la más mínima posibilidad de ganar.