Los motivos, las razones, los argumentos que se pueden dar para explicar la caída en primera ronda del Mundial de Sudáfrica 2010 de dos selecciones históricas son múltiples.
Es imposible saber que pasa por las cabezas y por los corazones de jugadores y entrenadores.
Pero es fácil descifrar algo de lo que les esta pasando cuando se los ve dentro del campo de juego.
Aquel día en que la Gran Cita comenzó a disputarse Francia era la única selección que había estado envuelta en tantas polémicas.
Pero aquel agónico tanto con la mano de Thierry Henry en el repechaje para el Mundial, ¿no debió alertar a los futbolistas y a entrenador Raymond Domenech?
Francia llegó a Sudáfrica con un plantel que estaba muy dividido, y si había dudas aquel once de junio cuando todo comenzó, ahora las afirmaciones de los propios jugadores y todo lo trascendido, la a disipado.
Uno de los motivos por los que los Blues dentro de la cancha no funcionaron fue la falta de armonía entre los jugadores y el director técnico.
Se necesita estar en un buen ambiente de trabajo para lograr un buen rendimiento.
Pero eso no es todo, mientras Henry (uno de los mejores goleadores franceses) veía el partido desde afuera.
Francia no tenía efectividad y le faltaba juego en el ataque a pesar de tener en cancha a tres delanteros por momentos.
Los números hablan por si solos, en tres partidos consiguió nada más que un punto y un tanto.
En suma, el seleccionado francés jugó mal. Y como si esto fuera poco, ahora todo es aún más negro.
Hoy Raymond Domenech ya no es entrenador de los Blues, será remplazado por el ex defensor Laurent Blanc. Y tal vez atrás quede aquella pelea con Nicolas Anelka.
Del otro lado, aunque en una situación similar se encuentra Italia, campeón defensor que debió irse por la puerta de atrás tan solo con penas.
Los dirigidos por Marcelo Lippi definitivamente carecieron del nivel ofensivo de aquel equipo del 2006 en Alemania.
Totti, Del Piero y Toni, eran los responsables de hacer goles y el entrenador decidió dejaros. La actuación demostró que no hubo buenos reemplazantes para estas figuras.
Pero lo más negativo de la selección Azurra es que falló en la defensa, algo en lo que históricamente se destacó.
¿Recambio? Ante una polémica tan grande, difícilmente en los próximos años se verán a los mismos protagonistas, es casi imposible.
En definitiva, sólo se puede sacar una conclusión, las sorpresas no se dan, ni en este, ni se darán en los próximos Mundiales por una nivelación de calidad marcadamente hacia arriba.
Todo lo contrario, las diferencias técnicas y tácticas que separaban a las grandes potencias de las selecciones emergentes se diluyen primero, por un mal rendimiento de los históricos y después por un crecimiento del fútbol de los demás países.