Luego de que ambos (por Boca y River) disputasen una nueva jornada del mayor clásico del Fútbol Argentino, del cual resulto ganador Boca Juniors, tenían que afrontar sus compromisos por la Copa Sudamericana. Por un lado, River Plate recibía a Chivas de Guadalajara y Boca Juniors viajaba a Brasil para enfrentar al duro Inter de Porto Allegre.
El conjunto dirigido por Diego «El Cholo» Simeone (que parece tener los días contados a cargo de ese puesto en la institución Millionaria) saliá con todo a ganar su compromiso frente a Chivas, puesto que en el Torneo Local está último con solamente cinco unidades (es la peor campaña en toda la historia del club de Núñez) y entonces la apuesta fuerte era hacia está Copa Sudamericana que le podría devolver algo de alegría a sus hinchas. Sin embargo las cosas no iban a ser tan fáciles para los locales. El técnico disponía de todos los titulares y además incluía a Sebastián Washington Abreu (que solamente fue fichado para jugar esta Copa Sudamericana ya que por una cuestión de tiempos no alcanzó a poder jugar el Torneo Local) en la delantera en lugar de Salcedo, haciendo una pareja ya conocida del River campeón del Torneo Clausura pasado junto al Colombiano Radamel Falcao García.