Era el partido más esperado de la competición, era un encuentro entre dos colosos del deporte rey, era una revancha, pero por sobre todas las cosas, era un clásico, capaz el mayor clásico del Fútbol Mundial. Como ya había sucedido en varias instancias decisivas de las últimas competiciones en las que participaron ambas selecciones se volvían a encontrar, en esta ocasión, en una semifinal, pero ya se habían visto las caras en las finales de las últimas dos Copas Américas donde Brasil se consagró triunfador y también en la final de la última edición de la Copa Confederaciones, donde Argentina fue vapuleado por 4 a 0 frente a la selección Brasilera. Pero siempre que chocaron en torneos juveniles o que no jugaron los mayores en su totalidad, la Argentina se mostró superior. Y así fue, una vez más, la Argentina demostró el buen momento futbolístico que está pasando, la gran camada de jugadores que están brotando y el excelente nivel de los jugadores de experiencia que posee, y en conclusión, pudo golear a Brasil por 3 a 0 y pudo haber sido mucho más.
De entrada, ambas selecciones se mostraron un poco retrasadas, esperando la reacción del rival o sus primeros movimientos, y no solamente durante el juego, ya que en lo táctico previo ambos técnicos apostaron por formaciones un poco más defensivas en relación a las que venían utilizando, por un lado, Argentina juego con un solo delantero definido, aunque con tres volantes ofensivos y por el otro lado, Brasil, apostó solamente con un centro atacante que no pudo tener un gran peso ofensivo y después, utilizó un sistema de doble enganche o dos medias puntas que fueron, el ya jugador del A.C. Milán, Ronaldinho, y Diego, aunque ninguno de los dos tuvo una buena actuación.
El primer tiempo fue parejo y ambos equipos tuvieron sus chances para convertir aunque muy escasas, por ejemplo, Argentina en los pies del “Kun” Agüero luego de superar a dos rivales dentro del área y rematar al palo del arquero aunque la pelota se fue desviada y por ende se concluyó en un saque de portería. El equipo verdeamárela, por su lado, tuvo en los pies de Rafael Sóbis, una oportunidad pero de menor peligro.
Pero en el segundo tiempo las cosas cambiarían. Luego de un desborde de Ángel Dí María, jugador de gran importancia en los partidos cruciales, este mismo decidiría patear al arco pero la pelota es interceptada en su trayecto por Sergio Agüero y termina en el fondo de la red, marcando así, la selección Argentina, el primer tanto del encuentro. Luego, en una jugada muy similar, y a pocos minutos del primer gol, aparecería Ezequiel Garay, el nuevo defensor del Real Madrid, para rematar cruzado y nuevamente aparecería Sergio “El kun” Agüero para intervenir en el trayecto de la pelota y empujarla al fondo de la red con el arco a su merced. Y más sobre el final del partido, a 15 minutos aproximadamente de finalizar el mismo, le harían una falta al propio jugador del Atlético de Madrid dentro del área y el árbitro, de buen desempeño en general, sancionaría penal para la Selección de Messi y sus compañeros. El encargado de ejecutar desde los “12 pasos” sería Juan Román Riquelme, que con una ejecución certera al medio del arco y a media altura concretaría el tercer gol de su equipo y cerraría el marcador, con un 3 a 0 más que contundente.
Luego, el equipo dirigido por Dunga empezaría a cometer infracciones producto de la impotencia y la desesperación de la derrota y por dos faltas cometidas a Javier Mascherano verían la tarjeta roja, casi sobre el final del partido, Lucas Leiva y Thiago Neves, dejando así a su equipo con sólo 9 jugadores.
Ahora, Argentina se medirá con Nigeria este Sábado para determinar quien se lleva la Medalla de Oro y se queda con la gloria, y por otro lado, quien se queda con el segundo puesto y la Medalla de Plata.
Los mantendré informados de ese partido como también del que disputarán Brasil y Bélgica por el tercer puesto, y por ende, la Medalla de Bronce para su país.