Se disputaba la otra semifinal de la Copa Santander Libertadores de América. En esta ocasión, se enfrentaban Boca Jrs., el actual campeón, y Fluminense. El partido de ida tuvo mucho de suerte, y poco de justeza, porque el equipo Brasilero prácticamente no paso la mitad de la cancha pero sin embargo obtuvo dos “conquistas” en el marcador, ambas para llevar el encuentro a la igualdad, y una en cada tiempo, como las del equipo de Riquelme y compañía. Y hablo de justeza porque Boca manejo el partido en todo momento, y mereció un poco más, a pesar de no ser contundente en los últimos metros. El resultado fue 2 a 2 y dejaba mejor parado al equipo de Río de Janeiro, aunque Boca venía superar una instancia similar frente al Atlas de Miguel Brindisi, por ende, nada estaba dicho todavía.
El partido de vuelta, que se jugo en el Maracana, el mejor estadio de Brasil y uno de los mejores del mundo, tuvo una mecánica parecida, donde Boca fue protagonista pero no pudo desnivelar la balanza hacia su favor en el marcador, y esto le permitió al Fluminense seguir teniendo oportunidades. El primer tiempo fue totalmente manejado por Boca, nuevamente con falta de precisión en los últimos metros, especialmente con la poca pegada mostrada por Jesús Dátolo, y por la cantidad de posibilidades que derrocho Hugo Ibarra, rematando varias veces de media y larga distancia sin peligrosidad para el arco contrario.
En el segundo tiempo las cosas parecían mantenerse igual, y Boca necesitaba urgido un gol, hasta que a través de su emblema del gol, Martín “El Loco” Palermo, pudo abrir el marcador, luego de un buen centro de Jesús Dátolo, está vez sí mejorando un poco su precisión. Pero entonces, el técnico de Fluminense apostó con cambios ofensivos y el ingreso de Do-Do le cambió la dinámica al ataque del equipo Brasilero. Cada vez eran más las llegadas, y Boca perdía concentración, al mismo tiempo que perdía el control de la pelota. Llegaría el empate en un momento clave, a través de un muy buen tiro libre ejecutado por Washington, centro delantero del Fluminense. Pero lo peor ocurrió unos minutos después, cuando Boca nuevamente estaba necesitado de marcar otro gol y desprotegía mucho su defensa, ocurrió un desborde de Conca que terminó rematando al arco y parecía que la pelota se hiba muy desvíada, pero en el camino se cruzó para lástima de los hinchas de Boca Hugo Benjamín Ibarra e impacto el balón enviándolo al fondo de la red mientras Pablo Migliore solamente podía mirar debido a que se le cambió la trayectoria del balón.
El equipo comandado por Palermo al ataque introdujo algunas variantes ofensivas, como el ingreso de Neri Cardozo, Pablo Ledesma, y el atacante Mauro Boselli, pero no le alcanzó, porque Fluminense se cerró completamente atrás, y además, las pocas posibilidades claras de gol que tuvo fueron bien contenidas por su arquero enviando la pelota al córner en más de una ocasión.
El partido tendría un gol más, por intermedio de Do-Do, luego de una mala salida de Rodrigo Palacio, que terminaría finalmente con las chances de Boca de conseguir un gol que le permitiese ir a los tiros desde el punto de penal.
Ahora la final se jugará por Liga (Ecuádor) y Fluminense (Brasil), dónde en los papeles el equipo Brasilero parece candidato a quedarse con el triunfo, pero sin lugar a dudas, Liga a hecho mucho para llegar a esta instancia, y llega mucho mejor parado para este encuentro.